“El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído”― Viktor E. Frankl

Nuestra vida está llena de momentos, de recuerdos, que nos han hecho ser como somos, cada uno de nosotros. ¿Cuántas veces nos hemos podido equivocar, caer, y vuelta otra vez a empezar?, ¿cuántas veces nos podemos sentir perdidos, angustiados, solos…?, ¿cuántas veces al día luchamos con aquellas cosas que nos hacen imperfectos, que nos llevan de cabeza; la pereza, la inseguridad, la desidia, el cansancio, el dolor, el miedo…? ¿Y qué se nos mueve por dentro para que cada día sigamos luchando? ¿Cuál es nuestro motor?

Esta pandemia nos está enseñando la importancia de cuidarnos a nosotros mismos y a los demás. Escuchamos lo que han definido como “nueva normalidad”, aquella que nos va a acompañar durante un tiempo indeterminado. Nos hablan de protección y seguridad física frente a un “enemigo invisible”. Esos equipos de protección, guantes mascarillas, geles…, ¡los EPIS son la nueva moda! 

Y nosotras nos preguntamos, ¿cuáles son nuestros EPIS  mentales? ¿cómo son?, ¿cómo podemos reforzarlos? Nosotras entendemos que tiene que ver con la LUCHA necesaria que nos lleva al cambio; No es una receta para la felicidad, sino una actitud vital positiva que nos estimula a seguir adelante y a luchar para reparar el daño, a “mirarnos” hacia dentro para “mirar” hacia fuera, con la fuerza necesaria para CREER en nosotros, para reinventarnos, para reaprender y redescubrir una parte de un@ mism@ que se desconocía; estamos hablando de la RESILIENCIA, que nos invita a transformar el dolor y el sufrimiento en acciones constructivas.  

En la quietud nos podemos conectar con nosotros mismos, podemos disfrutar de un amanecer, cerrar los ojos mirando el sol para sentir su calor, dejarnos envolver por el hipnótico movimiento de las olas del mar... encontramos consuelo, encontramos paz, y ahí comenzamos a tejer desde dentro, ahí es cuando aprendemos a escucharnos...  

Miriam L.  y Beatriz M