“LA MIRADA DE LA INFANCIA TRAS EL CONFINAMIENTO”
La
experiencia límite que, de manera continuada ha supuesto y sigue
suponiendo, la pandemia de Covid-19 para pequeños y grandes está teniendo
una repercusión traumática, algunos de cuyos efectos psicológicos llevan
manifestándose hace ya tiempo. Estos efectos traumáticos provienen, en buena
medida, de la vulnerabilidad e incertidumbre sufridas durante meses, así como
de la inseguridad aún presente.
Se ha
podido escuchar con frecuencia, en esta etapa, cómo los niños estaban
siendo los que mejor se portaban, cómo eran los más responsables y cómo
parecían ser ejemplo para los adultos. Aunque es necesario significar que
no era de ellos de quienes provenían estas impresiones. Qué tranquilizadora
debe haber sido esta explicación cuando la realidad se ha vuelto tan insegura e
incierta. Junto al respeto por la manera en que cada uno ha podido tramitar
esta experiencia y transitar este tiempo, desde el CAI 5 se ha intentado,
también, ofrecer un encuentro virtual a niños y niñas en el que tuvieran la
oportunidad de expresar, a su manera y con sus medios, las impresiones y
sentimientos derivados de la experiencia por ellos vivida.
Como en
la entrada anterior del blog, continuamos comunicándonos a través del dibujo.
Se ha intentado que, a través de la expresión pictórica, los menores pudieran
transmitir algo del mundo propio relacionado con las emociones, deseos y preocupaciones
experimentadas en este tiempo de confinamiento y tras su finalización. Unas
veces ha sido a través de las asociaciones verbales realizadas a partir de los
dibujos y sus elementos. Otras veces, cuando aquéllas no han llegado,
interrogando a las obras, intentando percibir su voz como propone Guy Rosolato,
y acogiendo el impacto que su peculiar y específica encarnación nos producía,
como plantean Blinder, Knobel y Siquier.
La
puesta en palabras de lo que se ha podido comunicar a través de estos dibujos
ha permitido el reconocimiento de emociones y temores, así como la localización
de los mismos en un registro simbólico y, por ello, más fácil de tolerar para
sus autores. Recrear la imagen traumática a través del dibujo en una
experiencia compartida ha supuesto, a su vez, una forma de liberar la angustia
tal y como Arminda Aberastury proponía.
Un paso
más en este objetivo de ayudar a simbolizar una realidad como la vivida es ofrecer
la narrativa que, en forma de carta, proponemos a continuación, en la que los
dibujos y las asociaciones derivadas de los mismos se unen y posibilitan la
expresión de su preocupación y su deseo, con la finalidad de que una y otro
emerjan y dar la oportunidad de ser escuchados y atendidos.
Centro
de Atención a Ia Infancia 5
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